¿Estás pensando crear una granja de caracoles en casa? En ese caso, estamos seguros que estas nuevas líneas de nuestro blog son para ti. Vamos a ofrecerte una serie de consejos, algo de orientación y contarte algunos materiales imprescindibles que no pueden faltar. ¿Te apetece? ¡Pues comenzamos ya!
En un post anterior en este mismo espacio, ya os ofrecimos una serie de secretos para criar caracoles que pueden facilitarte toda la tarea. No en vano, en nuestro país estamos empezando a comprender que estamos ante un negocio en ciernes que puede llegar a ser bastante lucrativo. Eso sí, para conseguirlo será preciso contar con la formación, información y materiales adecuados.
En primer lugar, deberemos elegir entre las distintas variedades de caracoles aptas para formar una granja. Las más recomendables son Helix aspersa, Otala punctata, Theba pisana y Helix pomatia. Una vez que hemos tomado esta decisión, deberemos encargarnos de su alimentación. Sobre la comida, tenemos que ofrecerles distintos productos, desde brócoli a lechuga, repollo o coles de Bruselas.
Más decisiones que tenemos que tomar para crear una granja de caracoles en casa: el sistema de cría. Los más habituales son el abierto y el cerrado. En el abierto, estos moluscos se reproducen en su hábitat natural en espacios amplios. Se recomienda contar con una malla antifuga y no exceder los 100 caracoles por metro cuadrado.
El sistema de cría cerrado se lleva a cabo en interiores y, normalmente, se divide la granja en sectores. En este caso, es muy importante ser cuidadosos y precisos con los niveles de luz y humedad. Estamos ante animales realmente susceptibles a cambios.
Además, para una perfecta granja de caracoles en casa, tenemos que cuidar varios aspectos, como que el terreno no esté desnivelado, que tenga una extensión adecuada, que esté cercado para protegerlos de depredadores y que tenga tierra fértil para proporcionar las mejores condiciones posibles a los moluscos.
Un punto que tenemos que vigilar es que la mayoría de los caracoles son muy sensibles a la luz hasta tal punto que el sol podría llegar a dañarlos. Por ello, una buena recomendación será emplear un techo que los proteja contra ellos, ofreciéndoles comodidad, confort y seguridad.