Si te pasa como a nosotros que eres un amante de la buena gastronomía y de una delicia como son los caracoles, es posible que te moleste no poder comerlos durante todo el año. ¿Es posible también que se te haya pasado por la cabeza si es posible congelar caracoles para degustarlos más adelante? Tranquilo. No eres el primero. Para ti, hemos preparado este nuevo post.
Son muchas las razones que nos deben llevar a consumir caracoles. Se trata de una carne deliciosa y, además, con unas propiedades nutricionales muy a tener en cuenta. Pero el asunto que ahora nos ocupa es el de poder disfrutarlos durante todo el año y en el que momento que deseemos, no dependiendo de su disponibilidad.
Si eres aficionado a los caracoles estarás al tanto de su delicadeza. Es por ello que todos los expertos recomiendan lavarlos bien, cocinarlos y consumirlos en un plazo de tiempo muy pequeño. Es la mejor manera de evitar la proliferación de microorganismos que podrían ser perjudiciales para nuestra salud. Esto es así, independientemente que estén congelados o no o que estén cocinados con salsa o sin ella.
Eso sí, en el momento en el que nos decidamos a congelar caracoles, tenemos que hacerlo al poco tiempo de haberlos cocinado, antes de dar tiempo a la aparición de microorganismos. En este sentido, también es recomendable hacerlo con un poco de caldo.
Actualmente, existe un buen número de empresas que venden los caracoles congelados y directamente para cocinar. Te recomendamos que te pongas siempre en manos de verdaderos profesionales, ya que tendrás ante ti una oportunidad irrenunciable para poder comerlos durante todo el año sin problema alguno.
Eso sí, es muy recomendable consumirlos en un plazo de 48 horas una vez que estén abiertos y conservarlos siempre en el frigorífico. Su conservación ha de ser siempre a una temperatura de -18ºC y no es nada aconsejable volver a congelarlos una vez que se hayan congelado.
Además, al congelar caracoles aumentamos su caducidad en alrededor de 24 meses, mientras que todos sus beneficios nutritivos ni su sabor se ven afectados en este proceso. ¿Qué más se puede pedir?